sin ataduras

Vivir sin ataduras

Te propongo una lección de filosofía con Séneca, “el estoico”, un cordobés rico y sabio que triunfó y se suicidó en Roma para contrariar al “malvado” Nerón.

“¿Por qué malgastas el tiempo en la única cosa en que debes ser avaro?” El tiempo es la posesión más valiosa que tenemos, pero pasamos la vida ocupados en no hacer nada. Nunca pensamos en el final, aunque vivimos como si fuéramos inmortales.

Un día puedes perder tu autonomía, necesitando la ayuda de otra persona. La Ley de Dependencia te reconoce este derecho, pero su apoyo siempre se queda corto y llega tarde (6 meses después). Y generalmente supone un gasto desorbitado para la mayoría de familias.

El Sector Asegurador resuelve este problema con el Seguro de Dependencia que supone el abono de una indemnización en forma de renta o capital. Puede recibirse en un pago único o con un “sueldo vitalicio” (mensual, trimestral…).

Séneca te recomendaría que lo contrates inmediatamente. “La fortuna tiene el hábito de comportarse como le place” y, en cualquier momento, te puede dar un susto. El momento de suscribir el seguro es antes de que te ocurra lago. Entre los 30 y 40 años se obtienen las condiciones más ventajosas.

Si lo prefieres, la aseguradora enviará a tu casa una persona que ayude en las tareas diarias, cuidados físicos, limpieza, acompañamiento médico o asistencia y vigilancia nocturna.

Créeme, esto es importante. Vivimos pendientes del móvil, las noticias, el trabajo, los compromisos sociales… Y cuando repasamos la actividad al final del día, el saldo es deficiente. “Una persona preocupada no puede realizar ninguna actividad con éxito”. Aprende a decir NO y enfócate en vivir plenamente, es lo que de verdad te importa.