En el mundo del seguro, existen pólizas para casi todo, incluso para lo más inusual. En el siglo XIX, una compañía de seguros llamada «Lloyds of London» emitió una póliza peculiar: el Seguro de Bigotes.
Este seguro protegía a las personas cuya imagen pública dependía en gran medida de sus bigotes. Si un hombre con un bigote prominente lo perdía debido a un accidente, la póliza le compensaría. ¿El truco? Debía mantener su bigote intacto, a menos que quisiera renunciar a su indemnización.
Aunque puede parecer extravagante, esta póliza nos recuerda que el mundo de los seguros a lo largo de la historia ha adaptado sus productos a las necesidades más inusuales de las personas, incluso cuando se trata de algo tan personal como un bigote.